En el periodo analizado (enero 2014-enero 2019), la flota de vehículos de transporte (ligeros y pesados) de los trabajadores autónomos ha descendido en un 23,8% y la de cooperativas un 17,7%. Por su parte, las flotas de las sociedades mercantiles ha crecido en un 24,7%.

Aunque el número total de empresas de transporte público de mercancías por carretera que operan en España se ha reducido (pasando de 102.448 en 2014 a 99.097 en 2019), la flota ha aumentado en un porcentaje tan destacado.

De hecho, las empresas que tienen una flota superior a los 20 vehículos han crecido en un 35%, y las que tienen una flota de más de 60 vehículos lo han hecho en un 44%.

Son las empresas de mayor tamaño las que han llevado a cabo procesos de deslocalización de su actividad, domiciliando parte de su flota en otros países europeos (sobre todo, en la Europa del Este) por sus menores costes fiscales y laborales, para seguir operando en el mercado español de transporte, tanto en nuestro territorio como en el exterior.

En los últimos cinco años se observa un fuerte retroceso en las empresas de menor dimensión, lo que ha supuesto la desaparición, en este periodo, de 6.058 transportistas autónomos y microempresas, que contrasta con el incremento en 2.707 empresas nuevas más de las de mayor dimensión.

La reducción en el número de empresas de menor tamaño se traduce en una importante disminución de la flota de que son titulares, lo que ha supuesto la pérdida de puesto predominante que tenían hasta 2014. De esta forma, en enero de 2014, las empresas de menor dimensión representaban el 50,8% del total de la flota y las de mayor dimensión, el 49,2%. Ahora, en 2019, las empresas de menor dimensión representan el 41,7%.